Aún recuerdo como mi estómago se sentía lleno de mariposas cada que tu risa salía de esa boca tan bonita, tan lleno de ácido cada que peleabamos por tonterías, y tan pesado cuando me alejaba (Al menos mentalmente) de tu presencia.
Ahora, solo siento aves. Cada risa tuya me recuerda el porque lucho, cada "te quiero" crea pequeños seres alados, que me llevan a querer alcanzar ese cielo que se ve tan lejano.
Te extraño como pareja, pero saber que estas creciendo en tantos sentidos me enorgullece. Solo puedo dar gracias al cielo por tenerte en mi vida.
Este blog se llama "Diario de aventuras" pero debería llamarse "Diario de penas". Seguro que tengo algunas cosas para decorar este espacio, darle sentido a su nombre.
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