Algo que siempre me ha gustado de las noches en vela, es ese torrente continuo de pensamientos. Ideas, planes, mapas mentales y cuadros sinópicos que aparecen uno tras otro, sin orden aparente.
Una de las ventajas de tener ciertos comportamientos y pensamientos obsesivos, es que tienes la libertad de pensar en un viaje de dos meses a Canadá mientras oyes la misma banda de hace 4 años.
El único pensamiento que puedo sacar en claro de esta noche, es que me falta orden.
Creo firmemente que con orden y buenas métricas puedo lograr mis objetivos, sean estos cualesquiera que mi mente (Y mi novia) me dicten.
El único problema es que a mi el orden no me va. Pero a todo se acostumbra el hombre, menos a no comer (coger).
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